A veces los cambios son lentos como elementos clave de que las sociedades evolucionan. En otras ocasiones, las reacciones a las circunstancias son rápidas y bastante radicales. Cuándo estos cambios serán evidentes, no es predecible. Si nos remontamos a 2007, América estaba llena de confianza. Parecía que la economía era fuerte y que seguiría acumulando riqueza, tanto a nivel individual y como regional. Entonces los bancos en Estados Unidos colapsaron y tuvieron que ser rescatados. Aunque los economistas que cuentan el valor de las importaciones y exportaciones le dirán que el déficit comercial está de nuevo bajo control y que la economía regional ya no está en recesión, aunque no se siente como si se está recuperando.
El grupo más afectados ha sido el joven. Ellos han luchado para encontrar o mantener el trabajo, y lo siguen haciendo. Los bancos ya casi no dan dinero como ser hipotecas o préstamos para comprar cosas nuevas para el hogar. De hecho, todo el mundo le resulta difícil mantener una buena puntuación de crédito. En tales circunstancias de incertidumbre, no es de extrañar que los jóvenes se hayan alejado de la idea de comprar y tener cosas propias. Ellos no tienen los ahorros para comprar. No tienen confianza de estabilidad en su empleo y por ello no tienen manera de sacar cualquier préstamo grande sin correr un riesgo importante. Así que ahora toman prestado lo que necesitan de amigos. Si los amigos no pueden ayudar, alquilan lo que necesitan durante el tiempo que lo necesiten.
Las viviendas son una necesidad pero lo que ha llamado la atención es el alquiler de autos. Muchos jóvenes varones alquilan un coche que no pueden tener en estos momentos, haciéndolo por algunas horas. Esto ha producido un auge en el mercado de alquiler de coches. De hecho, esto se está volviendo una tendencia social más amplia. Las mujeres en general alquilan vestidos de alta costura para una noche.
Esto no es bueno, ya que se ha perdido un factor principal en el motor económico de un país, que es el ahorro. La mayoría ha renunciado a al ahorro para comprar algo en el futuro. Esto va a tener profundas implicaciones para una sociedad futura con ingresos fiscales insuficientes para atender a las personas mayores, mientras que la población adulta actual no está ahorrando para su propia jubilación.
El grupo más afectados ha sido el joven. Ellos han luchado para encontrar o mantener el trabajo, y lo siguen haciendo. Los bancos ya casi no dan dinero como ser hipotecas o préstamos para comprar cosas nuevas para el hogar. De hecho, todo el mundo le resulta difícil mantener una buena puntuación de crédito. En tales circunstancias de incertidumbre, no es de extrañar que los jóvenes se hayan alejado de la idea de comprar y tener cosas propias. Ellos no tienen los ahorros para comprar. No tienen confianza de estabilidad en su empleo y por ello no tienen manera de sacar cualquier préstamo grande sin correr un riesgo importante. Así que ahora toman prestado lo que necesitan de amigos. Si los amigos no pueden ayudar, alquilan lo que necesitan durante el tiempo que lo necesiten.
Las viviendas son una necesidad pero lo que ha llamado la atención es el alquiler de autos. Muchos jóvenes varones alquilan un coche que no pueden tener en estos momentos, haciéndolo por algunas horas. Esto ha producido un auge en el mercado de alquiler de coches. De hecho, esto se está volviendo una tendencia social más amplia. Las mujeres en general alquilan vestidos de alta costura para una noche.
Esto no es bueno, ya que se ha perdido un factor principal en el motor económico de un país, que es el ahorro. La mayoría ha renunciado a al ahorro para comprar algo en el futuro. Esto va a tener profundas implicaciones para una sociedad futura con ingresos fiscales insuficientes para atender a las personas mayores, mientras que la población adulta actual no está ahorrando para su propia jubilación.